Mudarse puede ser, según dicen los expertos, una de las tres situaciones que más estrés generan a las personas, dado el agotamiento físico y el cansancio emocional que puede provocar todo lo que rodea a un gran cambio como es el de un traslado de hogar. No sólo porque implica desmontar y montar una casa en su totalidad, sino porque además y sobre todo porque supone un cambio personal de todos los involucrados en un contexto nuevo que genera gran incertidumbre.
Y esto se potencia si el traslado se produce en el marco de algún conflicto emocional o económico.
Para superar sus posibles efectos o bien para reducir su impacto hay ciertas pautas que puedes seguir para convertir tu mudanza en una experiencia agradable o al menos no estresante.
1. Positivismo
El primer consejo que nos ofrecen los psicólogos ante esta situación, es afrontar el cambio de una manera positiva y con la mayor alegría posible.
Debemos, pues, interpretar el cambio como algo bueno y pensar no solo en lo que se deja atrás sino también y sobre todo en las cosas positivas que el cambio nos puede aportar: vecinos nuevos, quizás una casa más acogedora, más luminosa, más económica, nueva decoración, otros proyectos, vivencias diferentes, etc. En resumen, hay que recurrir al positivismo para afrontar este cambio.
2. Planificación
Así como en otras actividades resulta clave planificar. Lo ideal es contar con tiempo previo suficiente para evaluar cómo nos vamos a organizar, cómo se llevará a cabo el embalaje y el traslado de nuestras pertenencias, especialmente de aquellas a las que nos sentimos más unidos, ya que el riesgo de su pérdida o deterioro es real y podría marcar negativamente un buen proceso de mudanza.
En caso de que para realizar la mudanza se requiera un servicio profesional se reducirá enormemente el nerviosismo y el estado de ansiedad frente al trabajo a realizar. En términos de esfuerzo, prácticamente ni nos enteramos de que nos estamos mudando.
3. Limpieza y orden
El cambio que implica una mudanza puede ser muy útil para deshacernos de todas esas cosas que no utilizamos, pero que ocupan mucho espacio en casa y nos roban gran cantidad de energía.
4. Estar acompañados
Las relaciones sociales y la conexión humana pueden ser una fuente importante de apoyo. Para evitar el estrés de una mudanza, contar con ayuda es fundamental. Es un buen momento para llamar a nuestros familiares o amigos, que nos den una mano con la organización e, incluso, que opinen sobre la decoración del nuevo hogar. Esto reducirá el nivel de trabajo y, además convertirá esta experiencia en un evento social dónde compartiremos nuevas experiencias con personas cercanas.
5. Vida sana
Otro de los consejos fundamentales por parte de los psicólogos es el de llevar una alimentación sana y cuidarnos a todos los niveles. Bien es cierto que esto deberíamos hacerlo todos los días de nuestra vida pero, durante los días en los que estamos llevando a cabo una mudanza, es vital. Lo más adecuado es respetar los horarios de comida y de sueño, dormir 7-8 horas diarias y llevar una dieta equilibrada. El ejercicio por su parte es una forma efectiva de liberar endorfinas y reducir el estrés. Trata de hacer ejercicio al menos 30 minutos al día
6. Meditar
Practicar la meditación o la relajación, sobre todo en momentos mas complicados pueden ayudar a calmar la mente y reducir el estrés. Puedes probar técnicas como la meditación guiada y la respiración profunda.
En definitiva, ejercitemos la paciencia y veamos los cambios positivos que se pueden dar. Una mudanza puede ayudarnos a iniciar una nueva etapa y convertirse en un evento recordado con alegría.
FUENTES: G. STAUFFER, MYP
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